Desde París
Abandonar el golf. El Frio de Europa. Majo ganó en Mexico, París en invierno.
EDITORIALTV Golf: Aún sin respuesta
La posibilidad de tener para el golf colombiano un espacio en la tv abierta está viva y en manos del departamento de producción de RCN /Win sports.
Para los que me preguntan sobre el desarrollo de esta idea, debo confesarles que la misma llegó hasta allí, hasta la vicepresidencia de producción del canal más importante de deportes de Colombia. Ninguna otra instancia con más capacidad de definición.
Entendí, quizás no, que la idea gustó, penetró, convenció.
Pero, cómo no, ante tanto apoyo? Lo cierto es que nada se mueve, ni fluye con la velocidad requerida.
Cuántas cosas urgentes estarán enfrentando esos muchachos expertos de producción para armar el cascarón que les propusimos.
Todo el nicho de golf está atento a este proyecto. La Federación misma indaga por su desarrollo. Calma les digo. Lo que será,será y habrá de hacerse en el momento justo y en el escenario adecuado.
Les propuse incluso el nombre del programa:
“Doble Bogey”
PENSAMIENTOSAbandonar el golf
Lo he pensado. que si.
Esta lesión en la cintura derecha me hizo trastabillar. Me hizo meditar, pensar.
Me alejé con culpa del campo, de mi club y me fui a viajar convencido de que encontraría mi justificación a lo que estaba pensando. No me quiero mentir. Con esta edad ya avanzada no voy a mejorar. Con esta lesión cómo voy a recuperar mi confianza.
Pero…
No fue sino ver estos campos europeos, las ofertas de novedades en los almacenes para golfistas que permití dejar que mi pensamiento se acordara del campo.
Cómo voy a abandonar. Cómo voy a perder esas horitas de deleite mental semanal rodeado del mejor escenario del mundo: la naturaleza.
Como diría el viejo ya ex presidente: “Aquí estoy y aquí me quedo.”
El Amor
Una pareja joven, entre otras muchas, deambulan libres por el campo marte que rodea la gran Torre Eiffel. Su tamaño amedrentador, que no tan alto sino imponente, comienza sin avisar su carga energética inusitada sobre ellos. De pronto y sin mediar palabra, la chica lo abraza fuerte y acerca su cara a la de él. Mudos y conectados sólo con sus miradas, acceden a besarse con pasión, con sus bocas, con sus ojos cerrados ahora sí, para levitar en ese ámbito hermoso e inmenso que es el amor.
No solo una sino varias parejas caían sin chistar en la misma amalgama de emoción. Sin condiciones especiales, hacía frío, el cielo opaco, una fina lluvia, ambiente gris y aun así, las parejas se apretaban mirando hacia lo alto. Sus cuerpos se pegaban en busca todos no solo del calor sino de aquella emoción inenarrable que significa el amor.
¿Que tiene aquella mole hermosa que saca semejante sentimiento en las parejas? ¿Por qué sus formas invitan a expresarse el amor?
No lo entiendo, no logro explicarlo con principios de mecánica simple, sencillamente sucede, acontece, envuelve.
Es muy hermoso. Es el potente amor.
El Frío
Y no el de la sabana Bogotana. No. Me refiero al frío de las ciudades azotadas, por así decirlo por las estaciones que predominan en áreas lejanas a la línea ecuatorial del planeta.
En Europa por ejemplo, el frío es diferente.
No solo más intenso, que lo es, sino sencillamente distinto. Penetra más la piel y se instala por dentro de los brazos, piernas y cuerpo de una manera diferente. El caso de las manos es el más significativo. Por nuestras tierras estamos acostumbrados a permanecer con las manos desnudas tanto dentro y fuera de los lugares de encubiertos y en muy raras ocasiones acudimos a los guantes que no sea para protección de golpes o amenazas externas.
En los campos de golf si que se nota el frío.
La bola casi se cristaliza. El sonido ante el impacto cambia y seguro habrán bolitas especiales para invierno.
El asunto es la ropa para jugar con él. Con la concebida pasión por nuestro deporte, los jugadores salen al court sin importarles las condiciones del clima. No hay rayos amenazantes, al menos en esta época del mes frío, sino una neblina que sí conocemos en los primeros hoyos.
Pero, son necesarios guantes en las dos manos. un gorro de lana que tape las orejas sin incomodar el campo visual, una chaqueta relativamente gruesa de manga larga que involucra a los movimientos del swing un sonido especial que ciertamente distrae y deberá rápidamente ser asimilado.
Una vez acomodado, todo también cambia después. El vuelo de la bola no se afecta por el frío pero el pique si. Si rebota favorable, magnífico, el dilema principal es la enterrada total que esconde de todos la posición conseguida.
Con nieve si no se puede. No es que cierren los campos, pero ahí sí que nada ayuda al jugador. La visión especialmente y esos cachetes helados que conectan con una nariz que se quiere morir.
Lo único que salva el match en estas condiciones adversas es que ellas juegan para todos y se trata de evitar los errores suicidas.
Igual de bellos se ven los campos. El golf es así.
Los incómodos declives
El marco ideal y primario del golf es el fairway perfectamente plano y la bola, suavemente colocada y con vista., En ese escenario, se monta lo que llamamos el swing natural con el stand, el relax y el doblado de las coyunturas necesarias para ejecutar el movimiento natural de cada jugador.
Pero como de eso no se trata exactamente, cada hoyo ofrece su variable que obliga al jugador a acomodarse para encontrar el equilibrio perfecto entre el terreno in situ y su propio swing.
Aun si el tiro anterior fue perfecto, puede encontrar usted un lugar de reposo de la bola incongruente. Puede ser una mini ladera inclinada, o un bunker incómodo, (por lo general lo son) que ya de por sí requiere enterrarse unos centímetros para nivelar la altura,
Aquí la magia. Ese terreno es inamovible. Usted cayó allí por varios motivos, el rebote y muchos otros. El punto es que es usted, sin lugar a dudas el que se debe acomodar al lugar exacto para lograr efectuar con fluidez su swing.
Niveles diferentes de piso, inclinaciones inusitadas, lo que está claro es que sera usted el de la corrección, piénselo bien, el campo nunca se irá a mover de allí.
POR LOS CAMPOSMajo Marin — Ganó en Riviera Maya
El Women’s Amateur Latin America (WALA) 2025 terminó este domingo con un resultado muy Colombiano.. María José ‘Majo’ Marín quedó campeona tras una final de infarto con 3 tres hoyos de playoff para coronar a la nueva reina del golf amateur latinoamericano en el hermoso campo mexicano PGA Riviera Maya.
Majo llegó al hoyo 15 con cuatro golpes de ventaja sobre Emily Odwin, de Barbados, pero 2 bogeys consecutivos en los hoyos 17 y 18 permitieron un empate Mientras tanto, Odwin firmó dos birdies en los últimos cuatro hoyos (15 y 18) para igualar el torneo y forzar un desempate.
El primer hoyo, -el par 4 del 18- pudo haberle dado el triunfo a Odwin, quien tuvo un putt para birdie desde apenas metro y medio.los nervios le ganaron e increíblemente lo erró
En el segundo hoyo del desempate le tocó a Majo acercarse al triunfo con un putt de poco más de seis metros para ganar el campeonato. Ni cerquita. potió mal y nerviosa y casi pone en peligro el empate.
El tercer capítulo, esta vez en el par 4 del hoyo 10, fue definitivo. Odwin de salida al bunker y, en su intento de alcanzar el green, se ahogó con un tiro totalmente perdido. El doble bogey dejó el camino servido para la nuestra, quien esta vez no dudó y se convirtió en la flamante campeona del Women’s Amateur Latin America.“Fue un final de locura... tengo que confesar que estaba bastante nerviosa. Puse en riesgo el campeonato pero por suerte pude mantenerme y ya en el tercer hoyo de playoff sabía que podía definirse porque es un hoyo muy difícil por su green, a pesar de ser corto”, comentó la jugadora de la Universidad de Arkansas. “Todo el día tenía en mi cabeza la frase ´la tercera es la vencida´ y eso me resonaba todo el tiempo. Pude demostrar control y eso fue lo mejor para mi.”
Un triunfo que completa un círculo
A sus 19 años, Majo se ubica bien en el escalafón y obtiene invitaciones para competir en tres Majors del golf femenino mundial en 2026.
Me salí del Golf
Y me siento horrible, valga la verdad.
Claro que aproveché la situación para viajar y atender algunas cosas pendientes por fuera y pude distraer la mente que se estaba volviendo loca de aceptar que, era cierto, debía alejarme por un tiempo de los campos.
Todo ocurrió ahí mismo. Hoyo 13 Club el Rincón. Para los que no lo conocen es un hermoso par 4 con lago a la izquierda y que amerita, para los terrenales, un tiro recto ojala de 190 para quedar con otro tanto o mas a green. Salí con un buen primer tiro pero por un mal rebote caí en el bunker del vórtice de ese pate perro a la izquierda. Caminando me acercaba, en medio de todo contento porque el impacto lo sentí bueno y la línea, tal como la imaginé, picó horrible y entró a la arena.
Cuando llegué, el panorama se complicó. Un bunker con severa inclinación y la bola se posó rebelde a unos 20 cms del borde más alto lo cual sometió a mi cuerpo a una posición inusitada: prácticamente quedó la pelota a la altura de mi cuello y el swing se dificultó en consecuencia.
El green quedó por supuesto, a la izquierda. Por más que acomodaba mis brazos a mis piernas en busca de un impacto sólido, más se complicaba el movimiento. Me demoré tal vez demasiado, venía con buen score y quise, con mi madera 3 (estaba bien visible la pelotica) llegar al green. La bola, a la altura de mis hombros, obligaba a mi espalda a sustentar el golpe y me olvidé de establecer un buen stand. Allí el gran error:
Luego de muchisísimos swings de práctica me lancé al ataque.
Milímetros antes de golpear, sentí la punta de un cuchillo entrar en mis carnes en la parte lateral derecha de mi cintura. Claro, toda la estructura se desbarató ante semejante pinchazo con dolor y el mundo se terminó.
No me caí de milagro ante el embate del agudo dolor, sin embargo, sentí inmediatamente la herida: seguro un músculo de mi cintura derecha había colapsado por el extremo movimiento y con dificultad, salí caminando de la arena. La bolita ni hablar, se había salvado si del agua pero había avanzado tan solo unas 20 yardas en dirección al hoyo.
Hasta allí llegué ya con el dolor en el lugar indicado, para el tercero estaba como a 110 yardas y me armé con mi 9 para alcanzar el hoyo ciertamente elevado. Apenas disparé sentí el lugar afectado, la herida gritó y tuve que abandonar.
A la ducha, al turco con la esperanza de calentar el lugar y mitigar el dolor. Algo logré, pero fue en el alma donde mas se sintió. Era evidente que la para se haría necesaria por mas de unos dias.
En esas estoy.
Nos pasa a todos
Hay clubes que sancionan estos excesos. Está mal, lo sabemos, pero es que el desahogue hace parte de este juego, plagado de errores a todo nivel o si no que lo diga el gran Sergio cuando era un pelado.
Miren este video que corre por las redes, me pregunto es: a las mujeres les pasará…?
POR EL MUNDOParis en Invierno
Muchos, si no todos, odian el frío, el viento helado en la cara, el cielo gris.
Yo no. viniendo de esa sabana nuestra, el helaje en los cachetes se nota, claro, porque es mucho más intenso, sin embargo la ciudad capital de Francia se viste de navidad como para compensar a todos esos transeúntes que, en vez de congelarse, se paralizan si, pero de la emoción que les produce poder presenciar, de manera personal, el impacto de una de las colecciones de monumentos arquitectónicos quizas mas lindos del planeta.
Poco deben querer los parisinos a los turistas. Yo, como humilde transeúnte, puedo calcular por los idiomas que se escuchan, las costumbres y los movimientos de los visitantes que, por lo menos, 60% de los miles de ellos son visitantes que, quiéralo o no, deterioran la belleza de esas fachadas infestadas de piedra caliza.
Alguno de esos salvajes depredadores se inventó un día el asunto de los candados. Seguro le dio en algún momento por homenajear a su pareja colgando de alguna verja protectora de uno de los bellos puentes un candado con alguna frase romántica escrita sobre su cuerpo y cerrado alrededor de alguna varilla fija botando la llave al Sena.
Como un virus, el asunto se multiplicó de tal manera que ya no solo fue ese lugar sino que la costumbre se tomó todas las barandas de los puentes de París hasta tal punto que uno de ellos debió ser intervenido por estar a punto de colapsar ante el peso de miles de inmundos candados colgados de sus barandas. Son como los huevos de las cucarachas.
Los parisinos, en contrario a los americanos en sus principales ciudades, no son gordos. También puedo calcular, luego de muchos días de caminar sus calles, que el 65% son jóvenes alegres, bellos y esbeltos y otro 30 % lo son adultos en mayor o menor cantidad. Eso sí, no hay niños. No los sacan a pasear, seguro por el clima pero, como característica general, es bien curioso.
Bellas sus mujeres. Abarrotan todos los almacenes de todas las categorías y se destacan con su raza, porte y esplendor. Víctimas si, en su gran mayoría del tabaquismo. Todas las que se sientan en los cafés de los bulevares tienen en sus manos, sin excepción, su celular y su cigarrillo. Las calles de París huelen a una mezcla impactante de perfumes deliciosos y humo de tabaco sin dejar de aparecer los vapeadores que con sus columnas de humo desafían el rechazo mundial.
Pero primer mundo en toda su extensión y valor. Los diseños, la ciudad como tal, la seguridad de sus calles, el metro, la iluminación. Es fácil descrestarse ante ellos. Los precios enormes de sus cosas denotan la diferencia de la calidad de las mismas. Poca prensa escrita, muy poca televisión. El consumo de pantallas es dominante y las plataformas de auto ayuda geografica imperar ante todos.
Paris, Paris. Solo algunas cosas para comentar aquí, pero allá, en el fondo de mi corazón, me llevo para Colombia este sentimiento de haber podido sentir su magnífico aliento, su fuerza y si, es cierto, la magia del amor.











Rodrigo, gózate a Paris y arregla esos pinchazos con terapias. Regresa al golf Bogotano.
Jorge Uribe
Muy buenos todos los artículos Rodrigo, sin embargo el que más me gustó fue el de Paris en Invierno. Me tocó una vez hace muchos años y sentí la nostalgia que usted está sintiendo con la idea de retirarse del golf por fuerza mayor. Ojala el mal pase y pueda volver a los campos. Jugar golf es un preciado regalo que nos da la vida.